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Los daños que provocaron no caducan

    Por Tina Gardella // Martes 27 de febrero, día soleado con una sala llena o más de lo normal y una fotografía que se repetía en varios rincones, la cara de Lucho Acosta. Su familia empapó el recinto con su recuerdo y empezamos a escuchar el testimonio de una de las personas que más lo amó, su esposa Elisa “Tati” Solís Comienza entonces el ida y vuelta de preguntas, la fiscalía empieza por hacer unas preguntas básicas a la testigo como nombre completo, edad, profesión, etc. Terminadas las preguntas iniciales, Tati comienza a relatar el hecho. Nos trasladamos al 21 de junio de 1977. Tati y Lucho debían despedir a su tío que partía hacia Buenos Aires ese mismo día a las 17:00. Era el mediodía, ella estaba cocinando cuando Lucho le dijo que saldría en su auto que ya volvía. Empezó a pasar el tiempo, Lucho no llegó para el almuerzo, tampoco a la despedida de su tío y finalmente no apareció en la cena su esposa, ya preocupada porque no regresó a casa, comenzó a buscarlo Etapa de búsqueda
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Mariana

     Por Tina Gardella //      Mueve un pie. Talón en el piso y punta de pie arriba, abajo, arriba, abajo. A veces lento, otras, con apuro. Mueve la pierna; la izquierda. Es el pie, es   la pierna, es el corazón de Mariana. Que habla como si nada. Con increíble capacidad para elegir -¿elegir?- que su pie y su pierna sean los destinatarios de tanta tensión. Atestigua por la desaparición de su padre, Lucho Sosa. Su pie y su pierna en movimiento parecieran otorgarle una calma imposible de pensar cuando se relata ausencias brutales e injustas. Era una niña que no había cumplido los 3 años pero la felicidad familiar que integraba junto a su madre y sus dos hermanos mayores, se esfumó el 21 de junio de 1977 cuando su padre fue secuestrado y luego muerto y desaparecido. FOTOGRAFÍA DE ELENA NICOLAY                      Pero ella habla de la vida de su padre. Que era el mayor de 3 hermanos, muy compañero de su madre; que trabajaba desde los 15 años y estudiaba por la noche. Su tío Pichón le cue

Se reanudaron las audiencias del Juicio Jefatura III en el TOF Tucumán

   Por Tina Gardella // Está rara la mañana de este miércoles 14 de Febrero. Hace frío, hace calor, hace llovizna, hace sol. Parte de la sala del TOF está en penumbras; algún cable humedecido que se soluciona pronto. Nada detiene los procesos de justicia podría pensarse. Menos los de la memoria y la verdad. Está el juez, fiscales, defensores, testigos, equipo de acompañamiento, familiares y los periodistas de La Palta y el Diario del Juicio. FOTOGRAFÍA DE ANGÉLICA ZELAYA Pablo Julio Mercado es el primer testigo. Su padre, Julio César Mercado está desaparecido. Se lo llevaron delante de su esposa y sus dos pequeños hijos en la madrugada del 25 de mayo de 1977. Vivían en una casa del Pje. Cabildo en San Miguel de Tucumán. Hasta allí llegaron civiles armados irrumpiendo de manera violenta: rompieron todos los focos y mataron al perro de la casa. Relata Pablo que su madre y su abuelo lo buscaron a su padre por todas partes. Que su madre se entrevistó hasta con el mismo Bussi y que fue é

La Escuelita y las escuelas

  Por Tina Gardella y Ana Molina // La Escuelita es la de Famaillá. No necesita explicación porque forma parte de la memoria e historia del terrorismo de estado como el primer centro de detención clandestino del país. El juicio del Operativo Independencia la tuvo como actuante central. Pero en los juicios subsiguientes, surgieron testimonios donde las escuelas -de la ruralidad fundamentalmente- fueron usadas como centros de detención clandestina. Si bien por períodos cortos y en carácter de derivación, su institucionalidad y función social fue alterada y violentada al convertir la escuela en un eslabón del engranaje ilegal de quienes ostentaban ser dueños de la vida y de la muerte de los ciudadanos. En la audiencia del lunes 13 atestiguan José Andrés Saldaño y Agustín Francisco López. Tienen 63 y 76 años respectivamente. Agustín comenta sonriendo que está atestiguando en el día de su cumpleaños. Eran trabajadores en la finca de Yamil Sucar en la localidad de Timbó Viejo, departamento B

La noche en la que cambió mi vida

  Por Ana Molina // El 24 de octubre dio su testimonio Pedro Lucas Daniel Mayorga. Tiene 70 años y es taxista. Pedro era un joven de 17 años cuando pasó por ese horrible momento que lo llama como “la noche en la que cambió mi vida”. Era una noche como cualquier otra, cuando a la una de la madrugada entraron por la fuerza a su casa, rompieron la puerta con una hacha -sí, con una hacha- y entraron personas armadas y encapuchadas.  Se llevaron a su hermano René, a su papá Jorge y a él. Por la corta distancia y el poco tiempo que tardaron en llegar, Pedro asegura que desde un primer momento estaba seguro de que los habían llevado a la Jefatura de Policía. En ese lugar estuvieron alrededor de 15 días en celdas separadas y luego los soltaron. Durante ese tiempo los golpeaban, los torturaban y los interrogaban. Era tanto el maltrato que su hermano terminó con un tumor en la cabeza. Pedro contó que los alimentaban dándoles comida en una olla para comer con la mano… “Como si fuéramos perros”, d

Los hombres no lloran

   Por Tina Gardella y Angélica Zelaya // En los juicios de lesa humanidad se despliegan valiosas formas de ser y estar en el mundo. Nos lo demuestran -audiencia tras audiencia- quienes brindan su testimonio en el décimo quinto Juicio Jefatura III que se está desarrollando en el Tribunal Oal Federal de Tucumán. No sólo se conoce la verdad, se construyen memorias y se practica justicia. También se derriban temores, derrapan algunos prejuicios y se re- conocen mandatos. En el público hay cerca de 20 estudiantes de la Escuela de Agricultura de la UNT. Y en la audiencia del lunes 23 de octubre, son hombres quienes atestiguan por la mañana. Conmueve verlos quebrarse, haciendo un tremendo esfuerzo por no llorar… ¿No es que los hombres no lloran? Tienen 70, 68 y 65 años. Son oriundos de Río Seco, departamento Monteros, y son tres de los ocho hermanos de Enrique Osvaldo Rodríguez, secuestrado y desaparecido el 16 de agosto de 1976.  Mario Jesús es el menor de los hermanos Rodríguez; Ramón Lore

Secuestrados en la puerta del colegio

  Por Ana Molina y Lourdes Orellana // El martes 26 de septiembre prestaron testimonio José Raúl Nughes y Olga Antezana, ambos testigos del caso de Juan Ángel Nughes. Ángel, o mejor conocido como ‘Yoni’ por sus cercanos, era alumno de 3° año de la Escuela Agrotécnica de Alberdi y militaba en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES). Pintadas, volanteadas, chicos que se juntaban a formarse políticamente. “Siendo así de jovencito, uno no iba a dimensionar los alcances de la dictadura y los secuestros”, recordó su hermano. En su testimonio, Raúl -hijo de Yoni- comentó que su padre fue un militante político que estuvo vinculado al gremio azucarero. A raíz de eso, en su casa siempre estuvo presente la militancia por la construcción de la identidad y había cierta curiosidad sobre el pasado histórico. El 11 de agosto de 1976, a la salida del colegio, unos policías vestidos de civil se los llevaron a ‘Yoni’ y a algunos compañeros. Los habían estado esperando en la puerta de la institución a e

La espera

Por Tina Gardella // La Audiencia del lunes 9 de octubre comienza con un homenaje a Juan Carlos Reynaga, el Juez que supo construir posicionamiento para decirnos que desde la Justicia, la memoria y la verdad son dimensiones inseparables. Su muerte es una gran pérdida para el fortalecimiento en la relación de Justicia/Derechos Humanos. Es una audiencia corta pero significativa. Las tres testigos aluden a la espera que opera en paralelo con la búsqueda. ¿Qué se espera, a quienes se espera? ¿Qué se busca y a quiénes se busca? “Desde que lo llevaron a mi hermano, mi padre se sentaba todas las tardes a la par del portón -que era como tranquera- a esperarlo; pero mi hermano nunca volvió”. Quien atestigua es Andrea Cecilia Díaz . Relata que el 8 de octubre de 1976, en horas de la madrugada, un grupo de encapuchados y fuertemente armados entró violentamente a la casa donde vivían, en Los Ralos; rompieron el foco de luz y en la oscuridad se llevaron a su hermano Domingo Díaz a quien le decían “

Entre capuchas y linternas

  Por Yazmin Poch e Ignacio Ayala // Con 62 años y desempleada actualmente, la testigo -cuyo nombre se preserva por tratarse de una víctima de delitos sexuales- se presenta en la sala de audiencias. Lo hace para relatar lo que jamás olvidará de la mañana del 27 de marzo de 1976, cuando fue interceptada junto a su hermana por uniformados verdes. Contó que fueron capturadas y trasladadas en un Ford Falcon a un centro clandestino ubicado en calle Laprida al 100. Al llegar al lugar, fue separada de su hermana y ubicadas en diferentes habitaciones para ser interrogadas acerca de su hermano mayor. El joven, habían contado las mujeres, militaba en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) y en la Juventud Peronista (JP). Durante el interrogatorio, las víctimas fueron vendadas, golpeadas, y abusadas sexualmente por estos uniformados. "Pensé que no volveríamos a casa", dijo la mujer durante su declaración. Recordó que sus captores entraban y salían de manera repetida, hablaban en códi